Vivimos en cuatrosietenueve de la avenida. Hay dos árboles en la vereda y muchos en nuestra cuadra…de esos que pierden hojas y hojas durante todo el año.
Hace seis años y algunos meses que hicimos de esta casa nuestro hogar. Nos mudamos sin gas, sin mosquiteros y con una panza de seis meses. Oli llegó en marzo con muchas más cosas resueltas.
No fue… digamoslo amor a primera vista… pero vimos que tenía potencial…y dos enormes limoneros en el jardín que nos permitieron fijar la vista en ellos. El resto… olvidable.
Pablo vivió siempre en una casa inmensa. Yo viví siempre en una casa minúscula. Ahora estamos en el medio.
Limpiar no es tarea fácil… y yo con los años me relajé. Mi casa está siempre limpia y ordenada. La vivimos adentro y afuera. Siempre me molestaron las casas-museos.
Tenemos muebles que heredamos de abuelas y bisabuelas, de abuelos y tíos… otros que trajimos de “vidas anteriores” pero por eso no los hemos dejado de querer…algunos los hicimos a medida (la biblioteca que hizo mi hermano Matias)… compramos en tienda de antiguedades y muchos nos faltan aún comprar/buscar/conseguir.
Colgamos cuadros que pintaron hombres que conocimos, mi obra inconclusa y también fotos, afiches, recuerdos…
Hay días que nos parece una casa preciosa y otros días queremos cambiar todo de lugar.
Por el momento la cocina nos quedó chica …los cuartos alejados y el estudio kaótico (por eso no hay foto)
Esta es nuestra casa… además tenemos un jardín divino, lleno de flores y plantas… mérito absoluto de Pablo… que verán proximamente!
Quién dice que los muebles no pueden cumplir varias funciones?
El sillón dio casi la vuelta al mundo… Canadá, México, Buenos Aires… ahora está en casa… si encuentran algo más cómodo chiflen…
El lienzo grande es mi obra inconclusa… la pequeña es un cuadrito que pinto con decisión Olivia y el chanchito de metal es un Regazzoni original.
Siempre me gustaron los respaldares de cama… pero no estaba segura de quererlo por siempre. El vinilo hizo lo suyo y no ocupa lugar!
El juego de dormitorio era del papá de Pablo… se lo regalaron cuando tenía siete años. Hoy pertenece a la niña mimada de la familia.
